La Comunicación de la Incomunicación
La sociedad actual es la más conectada de todos los tiempos. Sin embargo, cada día más personas están solas e incomunicadas como nunca. Confundimos cada vez más conexión con comunicación. Tengo el deber de reconocer al otro, de respetarlo como alguien diferente, el deber de verlo, no solo mirarlo; escucharlo, no solo oírlo; hablarle; no solo dirigirle la palabra; registrar su palabra y respetarlo, no solo estar presente ante él, el deber de establecer un puente emocional de persona a persona (más allá de que mis ojos sean ciegos o no).
Las nuevas tecnologías nos "conectan" , pero no nos comunican. Puedo tener decenas de teléfonos celulares, de iPhones e iPods, puedo morir abrazado a la pantalla de mi computadora, puedo ahogarme navegando en internet, puedo figurar en miles de listas de chateadores compulsivos, puedo ser la persona más popular en los sitios "sociales" de la Red, puedo participar en cien videoconferencias diarias, mi casilla de mensajes electrónicos puede desbordar y yo puedo carecer del tiempo material para responderlos y aún así puedo no estar comunicado con nadie.
De hecho cuánto más me conecte es probable que menos me comunique, pues la comunicación real, con una persona real requiere tiempo, presencia, escucha, mirada (de los ojos o del alma), y reclama palabras cargadas de sentido.
"EL PROBLEMA NO ESTÁ EN LA TECNOLOGÍA, SINO EN EL CORAZÓN DEL SER HUMANO"
QUE MUCHAS VECES ESTÁ MUY OCUPADO EN MIRAR EL PROPIO OMBLIGO Y SE OLVIDA DE MIRAR AL OTRO QUE TIENE A SU LADO.